Es imposible no verla: está en pleno centro de la estación. Con su ambiente agradable y relajado, su acceso gratuito y sus variadas instalaciones, es el paraíso de los niños y de los padres. Encuentren juntos su tótem animal, saquen sus sombreros y disfruten de nuestras 3 visitas obligadas.
¡Mi primera visita a Châtelaillon!
Disfrute de la playa, la joya de Châtelaillon
Nadar, por supuesto. Asegúrese de consultar las tablas de mareas y nadar sólo cuando la marea esté alta. El agua está muy caliente, lo que sorprende al principio.
Cálcese las zapatillas para hacer footing por la mañana: ¡el ritual deportivo de las vacaciones! Sal a zancadas cortas para recorrer 5 km de ida y vuelta y vuelve a casa orgulloso de ti mismo y en plena forma.
Hacer pasteles de arena con los niños: una forma divertida y simpática de pasar el tiempo en la playa.
Pasear en un ambiente de la Belle Epoque
La Belle Epoque fue un suave interludio a finales del siglo XIX, cuando todo parecía sencillo y posible. Châtelaillon ha sabido conservar ese ambiente que le hace parecer un lugar de vacaciones eterno. Pasee por sus calles, deténgase ante sus bonitos jardines y tómese su tiempo para admirar sus hermosas villas con carácter.
El encanto de la estación se prolonga más allá de sus muros. Cálcese las zapatillas y salga a descubrir su patrimonio natural con las Flâneries.
Estos paseos, diseñados por profesionales, le llevarán desde las villas del centro de la ciudad hasta el océano, pasando por la laguna del pantano.
Para saber más sobre Châtelaillon y su arquitectura costera
¡Jugar juntos!
¿Cuántas estrellas tiene Villa Stella Maris? ¿Por qué Villa Stella Maris no tiene nombre? ¡Seguro que Zarthus no está muy lejos! Cuando los Poïz se involucran, ¡descubrir Châtelaillon se convierte en una auténtica aventura para los niños!
Pruebe los divertidos circuitos de Terra Aventura y descubra en familia los numerosos misterios de la estación… La actividad perfecta para una visita lúdica a Châtelaillon.
Descubra la perla de la costa
La ventaja de ir en bicicleta es que nunca hay atascos. Sobre todo de camino a Les Boucholeurs, un pequeño pueblo ostrícola. Podrá pedalear a su ritmo a lo largo de la costa y empaparse de los paisajes marcados por la ostricultura, el orgullo local.
Lo hemos visto, ¡ahora queremos probarlo! Valérie, de Ambiance Cabane, nos recibe en su casa frente al mar para una degustación de ostras y nos explica el nacimiento y crecimiento de su tesoro yodado.
Ya es hora de partir, pero prometemos volver mañana con la marea baja para recorrer los criaderos de ostras en coche de caballos.
Zarpar
¡Es imposible visitar Châtelaillon sin jugar a ser marinero! Dirígete al club náutico para los cachorros del mar, donde les espera un amplio abanico de actividades adaptadas a su edad.
Equipamiento y profesionales a su lado: ¡la seguridad no es ninguna broma! Los niños más mayores adoptan rápidamente el remo y su sencillez.
En cuanto a los adolescentes, se lo pasarán en grande con una magnífica sesión de kitesurf en compañía de Antonin Rangin, entrenador deportivo y campeón local. ¡Qué guay!
Saboree las especialidades locales
¡El mercado es sagrado! Hacemos una pausa en nuestra visita a Châtelaillon para aprovisionarnos de generosas especialidades locales gourmet. La verdad es que nos gustaría comprarlo todo… ¡pero hay que elegir!
Diríjase al mercado cubierto para saludar a los productores locales y encontrarse con los habituales. El queso de cabra de Pascal, los grillos de Loïc, el pineau de Sandy o las ostras de la familia Courprie: se le hará la boca agua…
Y no olvide los mercados de los martes y viernes por la mañana, con comerciantes de toda la región. Visitar Châtelaillon también es cuestión de gustos.
Admire los colores de una puesta de sol
No se pierda las magníficas luces de Châtelaillon y su encanto permanente.
De la mañana a la noche, los colores y matices cambian para deleite de los observadores. Los azules se convierten en rosas antes de adquirir tonos flamígeros cada tarde para el momento culminante del espectáculo: la puesta de sol. Románticos, ¡este es vuestro momento!
Para que no se pierda nada en su primera visita a La Rochelle, hemos elaborado una lista especial de cosas que hacer:
- Mimarse en las boutiques del centro de la ciudad
- Saludar a los tiburones blancos del acuario
- Subir a las famosas torres
- Acariciar a la jirafa Zarafa en el Museo de Historia Natural
- Despertar los sentidos en los puestos del mercado
Para llegar a La Rochelle, tome el tren.
Desde Châtelaillon, solo tardará 7 minutos en llegar a su destino.